“[…] una interpretación fuera de serie. Makarenko exhibe una técnica asombrosa, un sonido bellísimo y un nivel artístico sobresaliente […]. El conjunto desborda energía, vida y asertividad, con exquisita delicadeza en los momentos reposados. ¡Toda una revelación!
Mención aparte merece la toma de sonido, debida a Gonzalo Noqué, una de las mejores que he escuchado en los últimos años, con una presencia y claridad prodigiosas […].”
Original article