Hay pianistas buenos, y luego está Josep Colom. Según James Rhodes, el catalán es “uno de los mejores pianistas españoles de nuestra época” porque consigue hacer que una pieza tocada hace 300 años suene fresca, renovada… “como si la escucharas por primera vez”.
Chopin tocaba preludios y fugas de Bach cada mañana antes de desayunar. En la siguiente interpretación, Colom conecta el final de Bach con el principio de Chopin con una improvisación de una pequeña melodía. “¡Nadie hace esto! Los pianistas tocan una, paran, tosen un poco, y tocan la otra. ¡Él las ha unido!”, expresa maravillado James Rhodes:
Hay pianistas buenos, y luego está Josep Colom. Según James Rhodes, el catalán es “uno de los mejores pianistas españoles de nuestra época” porque consigue hacer que una pieza tocada hace 300 años suene fresca, renovada… “como si la escucharas por primera vez”.
Chopin tocaba preludios y fugas de Bach cada mañana antes de desayunar. En la siguiente interpretación, Colom conecta el final de Bach con el principio de Chopin con una improvisación de una pequeña melodía. “¡Nadie hace esto! Los pianistas tocan una, paran, tosen un poco, y tocan la otra. ¡Él las ha unido!”, expresa maravillado James Rhodes:
Prelude No. 15 in G major, BWV 860, de Bach, junto a Etude in G flat. major, Op. 10 No. 5, de Chopin. Interpretados por Josep Colom:
“La formación que más lamento no haber tenido es la de improvisación, es una disciplina que en la música clásica hace un siglo que se ha perdido”, expresa Colom. Cuenta el pianista catalán que Bach y Chopin improvisaban, era una práctica común preludiar e improvisar entre piezas; no había una frontera clara entre composición, improvisación, ejecución… y eso es algo que se ha perdido, porque no está escrito ni grabado, lamenta.
“Los pianistas clásicos hemos entrado en un callejón sin salida en el que todos tocamos parecido, tenemos los mismos referentes y las mismas manías académicas de lo que ‘no se puee hacer'”, opina Colom.
Concerto Italiano, BWV 971: II. Por Josep Colom
Para Colom no importa la diferencia de edad, de experiencia ni de habilidades adquiridas a la hora de interpretar el piano. “La música es un misterio, es como la vida. No importa que uno sea doctor en filosofía y otro un campesino analfabeto…”, opina justo antes de interpretar una pieza de Schubert a cuatro manos junto a James Rhodes.